La Sociedad Gastronómica, Recreativa, Cultural y Benéfica “El Rinconín” fue fundada en Oviedo en el año 1965 por un grupo de amigos vascos y asturianos que, con buena iniciativa, decidieron hacer presente en Asturias el clásico modelo de las tradicionales sociedades gastronómicas vascas. Las premisas fundamentales para ello se centraban entonces, y se siguen centrando ahora, en la cordialidad, el sentido de la amistad, el respeto a los demás, y el amor a la gastronomía entendida como excusa para el acercamiento entre las personas.

Desde su fundación, el local social de «El Rinconín» se ubica en la calle Río San Pedro en Oviedo. Por este local han pasado, aparte de los 340 socios de número que han conformado su censo hasta hoy, muchas personas, de todo tipo, clase y condición, que han compartido con los socios momentos agradables y especiales alrededor de una mesa, casi siempre bien surtida y bien atendida.

El escudo de «El Rinconín» representa una parte de la construcción agrícola tradicional asturiana, el hórreo o la panera.

Esquina del local
Esquina del local
El escudo de “El Rinconín”
El escudo de “El Rinconín”

– En concreto consta del «pegollu» o pilar (que es uno de los basamentos de esta construcción) como símbolo de afianzamiento, de solidaridad y apoyo.

– En la parte inferior se observa un «duernu» (construcción primitiva labrada en piedra destinada a diversos usos, entre ellos la matanza del «gochu» o la elaboración de la sidra).

– Encima hay un cuartel de pizarra negra como homenaje al asturiano mundo del carbón y la minería.

– En la parte superior se representa una alacena, mueble típico de las casa rurales asturianas donde se guardaba cerámica, cristalería y utillaje.

– En la parte superior un racimo de maíz (que como decían nuestros abuelos «tanta fame quitó» viene a representar la tradicional relación existente entre Asturias y América del Sur.

El escudo, en realidad, no es más que la representación gráfica de una de las esquinas existentes en el local social desde el mismo inicio de la andadura de la Sociedad.

Cada socio tiene un número de registro que es personal e irrepetible, con independencia de que por circunstancias sobrevenidas se cause baja temporal o definitiva.

Las condiciones para acceder a la condición de socio son muy simples; basta con conocer el funcionamiento de la Sociedad, ser presentado por dos socios activos y exponer la candidatura, con todos los datos personales, en lugar bien visible del local social, durante un mes. Si al término de dicho plazo no ha habido ningún tipo de impedimento por parte de nadie, el candidato pasa a ser socio de número, con los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro socio más antiguo.

«El Rinconín» se rige por sus propios Estatutos y por las costumbres que, creadas a lo largo del tiempo, regulan el funcionamiento diario y normal de la Sociedad.

La Junta General de Socios, celebrada anualmente, es el máximo órgano decisor. Los acuerdos, tras deliberación previa, son aprobados por mayoría de los presentes en Junta, de tal modo que el socio cuya opinión quede en minoría, o aquél que no asista y no haya delegado su voto en otro socio, deberán respetar los acuerdos que se adopten, aunque no los compartan.

Cada dos años La Junta General elige a un socio como Presidente de la Sociedad. El Presidente tiene la responsabilidad de nombrar Junta Directiva, formada al menos por un Vicepresidente, un Secretario y un Tesorero, siendo optativo el nombrar de uno a tres vocales.

Sobre el Presidente y la Junta Directiva por él formada, recae la carga, nunca el cargo, de velar por el adecuado funcionamiento de la Sociedad: compras, administración, mantenimiento del local social, elaboración de presupuestos, justificación de cuentas, organización de actos sociales y un largo etcétera.

Aunque el local social tiene unas dimensiones aceptables, es raro que la totalidad de socios coincida en él al mismo tiempo. Por razones de afinidad, de edad, de amistad, de conveniencia de horarios o de costumbre, los socios se agrupan en diferentes peñas que suelen celebrar sus capítulos en diferentes días de la semana. Todo socio puede llevar personas invitadas a cualquiera de las cenas o comidas que se organicen, anunciando su presencia y respetando las costumbres propias de cada mesa.

España es un país en el que se come ciertamente bien y los socios de «El Rinconín» se precian de conocer con bastante detalle el tesoro gastronómico que se disfruta en cada zona. La llamada “mesa de los miércoles” viene organizando, desde hace bastantes años, dos viajes anuales, el primero de ellos en primavera y el segundo en otoño, con objetivos exclusivamente gastronómicos. Se trata de visitar bodegas, fábricas, queserías, conserveras, tascas, bares, tabernas y restaurantes; conocer gentes y platos, las diferentes maneras y modos de interpretar y entender la cocina , los productos que se consumen y el carácter de las personas que disfrutan con estas cosas.

Con ese ánimo se han visitado sitios muy especiales de Andalucía, País Vasco, Castilla La Mancha, La Rioja, Castilla León, Cataluña, Galicia, Cantabria, Navarra, Extremadura….

Y en alguno de esos viajes se ha confraternizado con otras Sociedades Gastronómicas, recordándose con gratísimo placer los encuentros habidos con la Sociedad Gaztelupe, en San Sebastián, con el Grupo Gastronómico Gaditano, en Cádiz y con la Sociedad Napardi, en Pamplona, entidades que saben que tienen en «El Rinconín» su casa abierta en Oviedo.